El origen de la iglesia de la Santísima Trinidad se data entre finales del siglo XII y comienzos del XIII, junto a un hospital de peregrinos, el Hospital de San Roque (de 13561). En los siglos XV y XVI sufre una serie de reformas que le confieren el aspecto actual, con dos características torres cilíndricas en la fachada principal que le dan un aspecto de castillo.
El templo tiene dos portadas de ingreso. La de la fachada principal (occidental) presenta triple arquivolta de arcos apuntados arrancada de columnas de fuste liso y capiteles de variada decoración que apean sobre una basa. El intradós del arco inferior tiene salientes picudos, mientras que la clave superior y los salmeres están decorados con unos rostros de ruda talla, muy erosionados. La portada del lado del Evangelio (norte) es menos abocinada, carece también de tímpano y presenta tres arquivoltas tardorrománicas decoradas con flores de cuatro pétalos, bolas, molduras baquetonadas y, el arco más exterior, picos de sierra. Bajo la arquería figura un único par de columnas de fuste liso.
El interior, de planta basilical, o de nave única sin crucero, destaca la Capilla Mayor, cubierta con bóveda de crucería con profusión de nervios y claves, y presidida por un retablo del siglo XVI. Otros dos retablos laterales de estilo barroco, una pila de agua bendita geminada y algunas piezas de imaginería completan el mobiliario del templo.